La mejor forma de describir su magia es, como a él le gusta llamarla, «magia con desgarbo».

Se trata de un estilo ecléctico, atolondrado y surrealista, en el que no queda claro quién lleva la voz cantante, si el mago o la magia.

Esta manera de hacer contrasta con una cuidada estética vintage que evoca la magia de las primeras décadas del siglo XX.

Este contrapunto entre la elegancia y el absurdo resulta en una magia original, divertida y sorprendente.